Sistema de ventilación industrial con unidades de recuperación de calor. Se observan conductos de aire y ventiladores instalados en una estructura metálica, diseñados para optimizar la eficiencia térmica y la circulación del aire en un entorno industrial.

En los procesos industriales, se genera una gran cantidad de calor residual que a menudo se pierde sin ninguna utilidad. Es por eso que los procesos de recuperación de calor se presentan como una solución capaz de mejorar la eficiencia, reducir costes operativos y optimizar el consumo energético. 

Además, la implementación de sistemas de recuperación de calor puede traducirse en el acceso a incentivos como los Certificados de Ahorro Energético (CAE), un mecanismo que recompensa económicamente las mejoras en eficiencia energética y favorece la transición hacia un modelo más sostenible. 

Certificados de Ahorro Energético: qué son y cómo funcionan 

Los Certificados de Ahorro Energético (CAE) son documentos digitales creados para promover la eficiencia energética en distintos sectores. Certifican la cantidad de energía final ahorrada tras la implementación de medidas de optimización energética, lo que permite transformar esos ahorros en beneficios económicos. 

El funcionamiento de los CAE es sencillo: Cuando una persona física o jurídica realiza una actuación de eficiencia energética con la que obtiene un ahorro de energía, puede firmar un convenio CAE con un Sujeto Obligado o Sujeto Delegado mediante el que transfiere la propiedad de este ahorro a cambio de una compensación económica. 

Aplicaciones de la recuperación de calor en distintos sectores 

En numerosas actividades económicas, los procesos de producción, climatización y refrigeración generan calor residual que puede aprovecharse en diversas aplicaciones en lugar de disiparse en el ambiente. Recuperar este calor mejora la eficiencia energética y permite su reutilización en distintos ámbitos. 

En el sector industrial, la energía térmica generada en procesos como la manufactura, la generación eléctrica o la climatización de instalaciones puede recuperarse mediante intercambiadores de calor, sistemas de cogeneración, recuperadores en ventilación o bombas de calor industriales. Estos sistemas facilitan el aprovechamiento del calor residual para calefacción, procesos productivos o generación de agua caliente sanitaria, aprovechando mejor el uso que se realiza de la energía. 

En centros deportivos y fábricas, los sistemas de refrigeración y deshumidificación generan calor que puede reutilizarse para calentar agua o climatizar espacios. Asimismo, en las redes de calor urbanas, la recuperación de energía térmica permite su redistribución a distintos inmuebles, disminuyendo la demanda de combustibles fósiles y mejorando la eficiencia energética. 

Principales beneficios de recuperar el calor residual 

La implementación de sistemas de recuperación de calor ofrece múltiples ventajas, tanto desde un punto de vista operativo como financiero y ambiental: 

  • Reducción del consumo energético: Al reutilizar el calor residual, disminuye la necesidad de energía primaria, lo que se traduce en un menor gasto de recursos. 
  • Ahorro económico: Optimizar el consumo energético reduce los costes operativos asociados a la electricidad y los combustibles. 
  • Disminución de emisiones de CO₂: Una mayor eficiencia energética implica una menor huella de carbono, contribuyendo al cumplimiento de objetivos de sostenibilidad. 
  • Mejora de la competitividad: Al reducir los costes energéticos es posible incrementar márgenes para ser más competitivos. 
  • Acceso a incentivos económicos: La obtención de CAE supone una fuente adicional de ingresos o una herramienta útil para cumplir con las obligaciones de ahorro energético. 

Cómo obtener Certificados de Ahorro Energético con la recuperación de calor

Para que la implantación de un sistema de recuperación de calor genere Certificados de Ahorro Energético (CAE), es fundamental seguir un procedimiento estructurado. El primer paso, aunque opcional, es realizar una auditoría energética, donde se identifican las fuentes de calor residual y se cuantifican los ahorros potenciales. Con esta información, se determinan los puntos de mejora y se implementa el sistema de recuperación de calor más adecuado para cada caso. Si bien no es un requisito, es altamente recomendable para asegurar la solución más rentable.

Una vez instalada la solución, una entidad acreditada verifica la reducción del consumo energético lograda, aplicando la metodología establecida en el Catálogo de Medidas Estandarizadas de Eficiencia Energética. Con esta certificación, se gestiona la solicitud de los CAE a través del sistema oficial, permitiendo su posterior uso o comercialización en el mercado energético. 

Un paso clave hacia la eficiencia y la sostenibilidad 

Aprovechar el calor residual representa una oportunidad para mejorar la rentabilidad y avanzar en la transición energética. Sectores como la industria, la edificación y los equipamientos urbanos pueden obtener grandes beneficios, tanto en ahorro económico como en la reducción del impacto ambiental. 

En este contexto, los Certificados de Ahorro Energético impulsan la inversión en tecnologías más eficientes y transforman los esfuerzos en sostenibilidad en una ventaja competitiva tangible. Con la eficiencia energética consolidándose como un pilar fundamental de la economía moderna, iniciativas como esta marcan la diferencia en la construcción de un futuro más sostenible y rentable. 

Si está pensando en implementar un sistema de recuperación de calor o desea más información al respecto, no dude en ponerse en contacto con nosotros.